Hoy en día vivimos una sociedad donde las apariencias y la ostentación priman sobre cosas que hace no mucho eran de apreciar, hoy la valía se mide por el peso de la cartera. Siempre hubo quien pudo más y a quien su hacienda no le fue tan boyante como deseaba. En estos tiempos que corren, donde incomprensiblemente hay que pagar por lo que antiguamente se cobraba, quienes no tienen un buen mecenas o poderío en el bolsillo, aun siendo válidos, no pueden ejercer su profesión.
El toreo, como la vida, se mide en cuánto tienes, en lugar de en cuánto vales.
La luz vespertina de los albores de marzo despereza los muros de la vetusta Miróbriga, que te contemplan solícitos. La calle Toro bulle plena de transeúntes, aficionados y carnavaleros a tu alrededor. Los destellos del chispeante de las grandes citas tintinean en tu faz concentrada y la mirada seria de la responsabilidad viste tu gesto. Hoy quienes te vieron soñar el toreo desde la cuna, tu familia, compañeros y amigos te arropan. Hoy vuelves a tu casa, a tu plaza. Hoy es tu día, Juan Antonio.
El torero de Cabezal, el hijo de Toño y Mari Ángeles, pisa hoy la arena del coso que le vio nacer. Anhelos de torero y toques de campana como banda sonora, himno inmemorial de la patria de un eterno maletilla, sueños de seda y percal en el albero mirobrigense. Calándose la montera rinde tributo a sus predecesores, a su gente, a su pueblo, a su casa, a su plaza…
Con la humildad y sobriedad que sabemos de ti quienes te queremos, pones rumbo al portón de los sustos y allí te arrodillas entregando tu corazón al destino colorado que te aguarda. Larga cambiada y el runrún se enciende. Un ramillete de verónicas brota de tus muñecas rematadas con una media con sello propio.
El entrañable Rafa hunde las cuerdas de la puya en el morrillo del de Linejo, y el vino de vida brota de él derramando su esencia y llenando el cáliz del arte del toreo.
Rectitud, empaque, voluntad, clasicismo, temple, valor… naturalidad en tu muleta. Con vehemencia alegras las embestidas del burel componiendo las bases del ansiado triunfo en tu feudo. La tizona refrenda lo expuesto con la pañosa durante la bella faena repleta de matices y que destila los aromas de quien quiere ser alguien en el toreo.
Tu trabajo está más que hecho. Solo queda que quien deba verlo, sepa valorarlo y desee darte la oportunidad que mereces. Si no se abre la puerta y si la ventana está cerrada, invocaremos el espíritu de Tallador para que tire abajo cuantos obstáculos se presenten en tu camino.
Quienes te admiramos sabemos lo que este bello animal supone en tu vida, los sueños que te acompañan cada vez que cierras los ojos en la soledad de tu almohada, la pasión enamorada de convertirte en lo que anhelas desde que naciste, torero.
#DesdeLaAficiónAlToroBravo también rinde culto y transmite lo que vive un aficionado al estar al lado de los grandes amigos que da este bello mundo: toreros, ganaderos, vaqueros, mayorales y aficionados. Siempre estaremos eternamente agradecidos a todos y cada uno de vosotros.
Texto: Adrián Pérez Pérez
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