La Vía de la Plata.
Augusta de principio a fin, de Asturica a Emerita, arteria inmemorial de nuestra piel de toro. Millones de viajeros contemplados por siglos de historia de una de las más importantes reliquias romanas en la actualidad. No fueron solo caminantes quienes transitaron a través de su mampostería, parientes del primigenio uro también la recorrieron regando la semilla de su bizarro carácter por toda Hispania.
Dos siglos más tarde, un par de charros amantes empedernidos del toro y el campo bravo la recorren de nuevo siguiendo la pista del primitivo astado, ad Cauriam. De la mano de un buen amigo, de los que entiende que el toro es el retrato de toda una vida, descubrimos a los albinegros moradores de Zagalvientillo. Reminiscencias del primitivo uro que hoy, ha cambiado los bosques de Gallaecia por refrescar sus pezuñas en la rivera del Alagón y paladear las brisas de la ciudad que rinde pleitesía como ninguna al toro bravo, Coria.
El ruidoso runrún del motor de nuestro todoterreno rasga el silencio de la dehesa extremeña. Vistiendo su blanquinegro traje de fiera bravura, dignos descendientes de los míticos toros de Gerión, rey de Tartessos, los utreros salen a nuestro encuentro coronando el cerro para perdonar la vida con miradas forjadas en los fuegos del dios Vulcano a quien osa perturbar la paz de su paraíso de jaras y retamas.
Corretean los alevines de toro entre las recias estampas de sus madres, reinas coronadas con pavorosas bayonetas a las que la luz del atardecer cauriense viste con áureo manto. El sol de febrero se esconde entre los quercus dibujando momentos de una belleza indescriptible. El horizonte ardiendo en las llamas del crepúsculo se convierte en el mejor lienzo en que retratar al más bello morador del campo bravo.
Anochece en los quebrados de la Jara.
Los dos charros viajeros tornan a su hogar. No hablan. Ni siquiera se miran. No hacen falta palabras. Ambos saben que los vientos de la Vía de la Plata pondrán rumbo a su destino como aficionados.
#DesdeLaAficiónAlToroBravo transmitirán hoy y siempre cada uno de sus sentimientos por el toro bravo en el campo.
Siempre estaremos agradecidos a todas y cada una de las personas que nos ayudaron en nuestros primeros pasos.
Texto: Adrián Pérez Pérez
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