Dice el manido refrán que el tiempo pone a cada uno en su sitio. El tiempo. Esa inexorable arma que transforma, reinventa, duele, da o quita la razón, pero siempre enseña. Hace ya cinco años de aquel fatídico febrero. Aquel invierno que tiñó de luto los corazones de los aficionados charros. Se nos fue un referente. Un ídolo. Un hombre bueno. Un GANADERO. Se fue cuando aún no nos habíamos repuesto de la pérdida cuatro años antes de su opera prima, Sánchez Cobaleda.
Capas charras de negro luto visten hogaño los animales que pastan en la ribera de Agustínez. Hoy los descendientes del mítico José Manuel siguen la alquimia de bravura que ideara este extraordinario ganadero hace décadas. Dos hierros conviven ahora en esta casa, el cuarto creciente de perfiles acarnerados y el blasón de la i, donde “lo de casa” se mezcla con reses de nuestro mago y del barbero de Utrera.
Una mañana de trabajo más en nuestro campo charro. Los conocedores de la casa velan con celo por sus animales, garantes del escrupuloso trabajo llevado a cabo por la familia Sánchez Majeroni desde hace décadas. Luchando por que un encaste de antaño siga hoy en boga y en la boca del aficionado.
Antes de marchar, Gonzalo, personaje entrañable del campo bravo salmantino nos destapa el tarro de las esencias de la ganadería. Entramos en el sancta sanctorum de la casa. Donde los padres de la bravura velan armas tras meses batallando contra el olvido, engendrando bravura, sembrando ilusión, creando toritos de galope al compás de los vientos que mecen las páginas de la historia del campo charro… luchando con tesón y esfuerzo para que el tiempo ponga de nuevo a la familia Sánchez Majeroni en el cénit de la ganadería brava.
Retornamos a nuestra realidad diaria, de prisas, tecnología, ir y venir de la ciudad, pero sin olvidar el tesoro que esconde nuestro campo charro y que os intentamos transmitir #DesdeLaAficiónAlToroBravo.
Siempre agradecidos a todas y cada una de las personas que nos han ayudado en nuestros primeros pasos.
Texto: Adrián Pérez Pérez
2 Comments
Qué bonita manera tenéis de contar y mostrar el campo salmantino y el toro bravo. Es maravilloso cómo a través de una pantalla sois capaces de trasladar al lector al campo, como si lo estuviese viviendo en primera persona
Nada más que la verdad de nuestro campo bravo Raquel, desde la afición al toro como bien indica nuestro nombre, intentamos expresar todo lo que nos transmite cada jornada de campo e intentar transmitíroslo a todos vosotros. Siempre aprendiendo y disfrutando. Muchas gracias por tus bonitas palabras, viniendo de una buena aficionada y estupenda fotógrafa es todo un halago para nosotros. Un fuerte abrazo.